viernes, 15 de octubre de 2010

Gerardo Begérez en, Reglas, Usos y Costumbres de la Sociedad Moderna, del francés Jean Luc Lagarce, nos ofrece una excepcional interpretación de la “Nueva Dramaturgia”




Jean-Luc Lagarce ha sido uno de los más prolíficos autores franceses de fines del siglo XX, en sus 38 años de vida, escribió 23 obras. Sin embargo, en 1995, cuando murió a causa de complicaciones por el SIDA, sólo era un conocido director teatral, pero no había alcanzado reconocimiento por su dramaturgia. Muy pocas de sus obras habían sido estrenadas, y la recepción fue bastante pobre, no eran comprendidas ni apreciadas por la mayoría de los directores y los críticos. Su fama y encumbramiento como dramaturgo llegó después de su muerte.  En la actualidad, Legarce es uno de los autores más traducidos y representados de la escena francesa, tanto en su país como en todo el mundo. Incluso en Buenos Aires, en 2007, en conmemoración de los cincuenta años de su nacimiento, se hizo una semana de celebración en su memoria, y se representaron cinco de sus obras.  Aún el Teatro San Martín presentó una producción de su drama, Yo estaba en casa y esperaba que llegara la lluvia.

Reglas, Usos y Costumbres en la Sociedad Moderna es, en su esencia, un monólogo cuya temática central se basa en la creación de un sistema social en el que imperan los miedos y  el control entre las personas. Fue escrita en 1994, a partir de un “manual de reglas de urbanidad” francés de principios del siglo XX, escrito por la la Baronesa Blanche Staffe. El manual establecía las pautas para vivir sin sorpresas y poder llegar a la muerte sin cargar culpas por haber ofendido al orden establecido.  En su libro, la Baronesa sigue el hilo de la vida a través del modo cómo deben celebrarse los sucesivos acontecimientos del orden pre-establecido: nacimiento, bautismo, compromiso, matrimonio, bodas de plata, de oro, y finalmente, funerales.

Con una dicción incomparable, Gerardo Begérez,  asume el rol de la Baronesa intercalando su estricta vigilancia de las tradiciones, con los incisivos comentarios irónicos que emanan del subconsciente colectivo acerca de tanta hipocresía.  Esto crea un juego de espejos de la verdad, una oposición del orden y la verdadera práctica social, el fiasco que implica el intento de reglamentar las vidas para alcanzar la paz y la concordia a través de normas establecidas en un manual.  Como bien dice el personaje hacia el final de la obra, "una sociedad que está a gusto con sus costumbres, está realmente muerta".

Decir más sería quitarle sorpresa a este drama.  Pero es necesario acotar que Gerardo Begérez, en una actuación memorable (algo que en él no es una novedad), logra, con leves toques, manipular a la audiencia sin ningún tipo de artificio, desnudarlos frente a un espejo valiéndose sólo de una soberbia actuación que queda grabada en la mente de los espectadores, y que va creciendo a medida que uno vuelve a pensar en lo que ha visto.  El personaje se convierte en “otro” a medida que cambia de tema.  Esto no sólo lo notamos en el cambio de vestuario, sino en el cambio de los tonos de voz que Bergérez va imprimiéndole con un asombroso dominio vocal, y el acompañamiento que hace con cada movimiento de sus manos. La poderosa mirada de este actor rioplatense, complementa el juego de complicidad que busca encontrar el personaje que interpreta.   

Por supuesto, se destaca también la dirección del español Ernesto Calvo quien, al referirse a Reglas, Usos y Costumbres en la Sociedad Moderna, declaró: “En este mundo hay muchos mundos, y uno de ellos lo utilizo en esta puesta; el aparente travestismo pertenece a un mundo y a una estructura social diferente. Me interesaba ponerlo bajo la mirada de los espectadores sin ningún mensaje, como una ironía que se reflejase en un espejo. El travestismo me ha ayudado a deshacer el concepto de normalidad y a entender que existen otras formas, otras reglas...”.  No quedan dudas de que en esta puesta, lo ha logrado ampliamente.

También es destacable la sorpresa del vestuario diseñado por Mario P. Tapanes, que va cayendo como si fuera una piel de cebolla.  Es autor también de la escenografía, elegante como un salón literario francés de la época, y muy funcional a los requerimientos del texto. Para el cierra ha sido muy buena la elección de un tema de Jaques Brel, cuya voz nos remite, invariablemente, al mayo del ’68 que tanta relación tiene con la temática del monólogo.

Todo contribuye a alcanzar el clima que Jean Luc Lagarce, buscó trasmitirle a esta pieza teatral.  El autor estaría orgulloso de la interpretación lograda por Gerardo Begérez.

© Osvaldo Sabino, para PRESSENTA.COM.AR - Buenos Aires, octubre 2010
Ficha técnico artística
Autor: Jean-Luc Lagarce
Traducción: Fernando Gómez Grande
Actor: Gerardo Begérez
Prensa: Walter Duche, Alejandro Zarate
Puesta en escena: Ernesto Calvo
Dirección: Ernesto Calvo

TEATRO LA COMEDIA
Rodriguez Peña 1062 - CABA
Teléfonos: 4815-5665 / 4812-4228
Web: http://www.lacomedia.com.ar
Entrada: $ 35,00 - Lunes - 21:00 hs - Hasta el 25/10/2010 



1 comentario:

Francisco dijo...

Mucha merde Gerardo! Te merecés la mejor suerte porque sos un gran actor, autor y director. Anoche te vi una vez más en "Mátame de nuevo"y me divertí como siempre!!!
Francisco.13444 1drafhe