miércoles, 6 de octubre de 2010

Las neurosis sexuales de nuestros padres
Una odisea personal del descubrimiento sexual:  los peligros de la desidealización cuando el fervor del cambio reemplaza la objetividad por la total subjetividad




El Celcit presenta una versión de esta aclamada obra del exitoso dramaturgo alemán Lukas Bärfuss, más que un dramaturgo es un profundo perturbador que, por lo general, se enfoca en los conflictos más disolutos de la realidad social. 
La provocadora pieza de Bärfus plantea preguntas y dudas sobre la conciencia de los espectadores: ¿Cuál es el trato adecuado para los hijos que sufren algún tipo de trastorno mental o psicológico? ¿Es necesaria la sobreprotección de los progenitores hasta el punto de sofocarlos y no permitirles tener una vida? ¿Ha entendido la ciencia a estos seres especiales, o se niega a verlos de manera diferente?  Las respuestas no están en “Las neurosis sexuales de nuestros padres”, quedan planteadas en la mente de la audiencia para resolverlas del modo que más les convenga.
Dora, es una joven de la que no conocemos la génesis de su problema, pero que, sin embargo, sabemos que ha pasado gran parte de su vida fuertemente dopada.  Sin una clara motivación, en conjunto con el siquiatra, sus padres toman la decisión de suspender los tratamientos.  Al recobrar una parte de su autonomía, Dora descubre, entre otras cosas, su sexualidad.  Y, de un modo inocente e ingenuamente desprejuiciado, se sumerge en ese mundo nuevo que va fascinándola aunque no tiene una educación previa para comprender su significado, sus peligros, ni las consecuencias de practicarlo descontroladamente.  Cuando es descubierta todos se escandalizan, sus padres, su médico, su patrón, excepto la madre de este último.  El viaje de Dora comienza con la repetición de frases que escucha, sin elaboración alguna, pero que en poco tiempo—y con su mente cobrando más lucidez ante las experiencias que vive, y la falta de fármacos—comienzan a ser pronunciadas con un discurso en el que su propia neurosis va mutando hasta permitirle conocer un nivel más cercano al dolor que causa la incomprensión del mundo que la rodea.
La puesta de Mariana Díaz termina siendo lenta a causa de la falta de aprovechamiento del texto.  Los personajes no llegan a desarrollarse, ni tampoco se conectan con el conflicto,  y su correcto estatismo los aleja de la dinámica del espacio escénico sin que lleguen a mostrar claramente su carácter social disoluto y enfermizo.  
Lo más destacable de este montaje de Las neurosis sexuales de nuestros padres, reside en la excelente actuación de Florencia Naftulewicz (Dora), que está en escena durante los ochenta minutos que dura la obra, sin que su energía decaiga en ningún momento.  El brillante trabajo de Carlos DiPasquo, logra que la escenografía sea un personaje vivo que participa en todo momento desde un panel negro cubierto de tul blanco que, en la parte superior, aparece desgarrado.  En ese agujero oscuro podemos ver casi una matriz que esconde todo lo que no se dice hasta que la situación estalla.  Sobre él se proyectan frías leyendas escritas en blanco que ofician de preámbulo para cada escena, o las luces del paso de los trenes.  Esta es quizá la mayor dinámica de la puesta. También es importante resaltar el impecable manejo de la iluminación que logra  captar los matices más siniestros del drama de Lukas Bärfuss.  
Las participaciones del Silvina Katz (la madre de Dora), Aldo Alessandrini (el patrón), Pablo Lambarri (el amante), Leandro C. Caamaño (el padre de Dora), son correctas, aunque extremadamente estáticas.  Mario Petrossini (el médico de Dora), le imprime a su personaje una ajustada frialdad científica que, por momentos, deja entrever también un lado humano, con lo que alcanza dar mayor dinamismo a sus escenas.  Es destacable también la actuación de Celeste Monteavaro quien, a pesar de tener sólo breves intervenciones, consigue dar vida a un rol que crece sin pretensiones, exponiendo las soluciones más simples a las grandes complicaciones de la vida. 
© Osvaldo Sabino, Buenos Aires, 15/09/2010

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